De acuerdo con la leyenda, el Inca Pachacutec ordenó construir el Qoricancha en un lugar privilegiado de Cusco. Era un templo majestuoso dedicado a reverenciar al Sol, dios al que los incas denominaban Inti, en cuyo honor fue consagrada la imponente fiesta del INTI RAYMI. A continuación, en Wawasana te contamos más detalles sobre esta importante celebración.
Cada 24 de junio, el dios Sol es el protagonista de una de las fiestas más importantes y tradicionales que se celebran en Perú: El Inti Raymi o “Fiesta del Sol”. Durante esta fecha, antes de la pandemia miles de turistas nacionales y extranjeros recorrían las calles del centro histórico de Cusco y se congregaban en sus principales recintos para vivir de cerca una jornada especial de actividades culturales, con el fin de homenajear el legado inca.
Este año, por efectos de la pandemia será sin público y con un reducido número de artistas, antes eran alrededor de 700 personas, entre actores, bailarines y músicos. La fiesta más importante de la ciudad imperial será transmitida por TV Perú y redes sociales.
La celebración está a cargo de artistas vestidos con trajes típicos. Ellos realizan una serie de puestas en escena que incluyen danzas, representaciones y alabanzas realizadas en los exteriores del complejo del Coricancha y la fortaleza de Sacsayhuamán, así como en la Plaza de Armas de la ciudad.
La leyenda cuenta que el Inti Raymi fue establecido por el Inca Pachacutec en el año 1430 d.C., y se celebraba cada año durante el solsticio de invierno del hemisferio sur, el día en que el Sol estaba más alejado de la Tierra. Era la fiesta ancestral más importante del Tahuantinsuyo.
Hoy se mantiene la tradición como una representación teatral cargada de misticismo y espiritualidad. El recorrido de la celebración comienza en Coricancha, el antiguo centro religioso de la capital inca, donde con danzas y cantos se realiza una ofrenda al dios del Sol: Inti.
Una vez finalizado el primer acto en la explanada del Templo del Sol, los asistentes se dirigen a la Plaza de Armas para presenciar la continuación de la ceremonia. Se dice que, en este lugar, conocido como Haukaypata en tiempos de los incas, los personajes más importantes del imperio solían reunirse durante la noche anterior a la celebración, esperando la aparición del dios Inti. En silencio y con gran respeto esperaban el amanecer, y cuando el dios ascendía entre las montañas, los pobladores le agradecían por las prósperas cosechas del año.
El extenso campo de la fortaleza de Sacsayhuamán es el escenario del tercer y último acto: el más importante del día y que dura aproximadamente cuatro horas. Aquí, el Inca y su séquito llegan para presentar sus respetos y admiración al Sol. El Inca reza una oración en lengua quechua y simula un sacrificio para que un chamán pueda predecir la prosperidad y el bienestar del año venidero.
En 1572, el Inti Raymi fue prohibido por el virrey español Francisco de Toledo por considerarlo una ceremonia pagana y contraria a la fe católica, aunque siguió celebrándose de forma clandestina. En 1944, Faustino Espinoza Navarro promovió la recuperación de este evento tradicional y realizó una reconstrucción histórica. Desde esa fecha, la fiesta no ha dejado de celebrarse. Durante el 2020, el Inti Raymi se llevó a cabo en una ceremonia virtual.
El regreso triunfal del Sol en el día más corto y en la noche más larga renueva la naturaleza y es motivo de alegría y celebración. De hecho, algunas poblaciones andinas presentan sus ofrendas cada 24 de junio en países como Ecuador, Bolivia, Chile y el norte de Argentina. En esta fecha también se celebra el aniversario del Cusco, en el que la ciudad se ve envuelta en un clima de fiesta y diversión que definitivamente debes vivir.
El 2 de marzo de 2001, el Inti Raymi fue declarado Patrimonio Cultural del Perú. Su organización y producción está hoy a cargo de la Municipalidad Provincial del Cusco
Los pueblos precolombinos, principalmente los Incas y los Aztecas veneraban al Sol, ¿por qué? Tal vez porque cada día señala el fin de la oscuridad, porque después del invierno siempre viene el renacimiento de la primavera, porque toda semilla hace un esfuerzo para nacer, ver la luz y florecer, porque nos permite renacer renovados y ser más luminosos, etc.
La simbología del sol está relacionada con la vitalidad: movimiento y evolución; con los cambios de estaciones: renacimiento y renovación; con la luz del conocimiento. De hecho, nuestro fundador recibió una inspiración e inició la búsqueda de plantas sicoactivas universalmente utilizadas para el desarrollo de la consciencia. Al cabo de tres años descubrió en el chamanismo andino y amazónico, el uso de las plantas para la salud y el conocimiento del Ser.
Con esta energía solar de evolución y deseos de aprender, él inició un viaje de investigación antropológica por todo el Perú para conocer los poderes curativos de las plantas que se usan desde hace miles de años. Gracias a este trabajo de campo se abrió una puerta a la naturaleza y su poder sanador.
Wawasana nació en 1993 siendo la marca pionera en el mercado nacional para la categoría de infusiones saludables en base a plantas amazónicas y andinas. La visión era una sola, devolverle el valor a la medicina milenaria de nuestro Perú, rescatando el poder de la naturaleza a través de las infusiones.