Dada la eficacia de nuestros mecanismos de defensa para ocultar las emociones a la conciencia, a menudo es un reto saber lo que sentimos. De hecho, a menudo no lo sabemos. Rara vez nos tomamos la temperatura emocional y simplemente asumimos que lo que sentimos es aquello de lo que somos conscientes: hoy estoy de buen o de mal humor; el trabajo me estresa; no estoy enfadado, simplemente no tengo ganas de hablar; en realidad no siento nada. Nos conformamos con esas respuestas y las aceptamos como algo con lo que tenemos que vivir. ¡La buena noticia es que no tenemos que limitarnos a vivir así, podemos explorar las emociones y reflexionar sobre el bienestar integral!
Hay herramientas para ayudarnos a identificar qué sentimientos se están cocinando en nuestro interior y que tienen más que ver con nuestro estado fisico y mental de lo que imaginamos. ¿Has oído hablar de la importancia de la terapia para descifrar lo que nos pasa inconscientemente?, pero, ¿qué pasa con los millones de personas que nunca tendrán esa experiencia, o que nunca entrarán en terapia, porque no pueden permitírsela, no creen en ella, prefieren resolver las cosas por sí mismos o la ven como un síntoma de debilidad?
Por el momento, asumamos que todos formamos parte de ese grupo que quizá nunca haga terapia, así que ¿cómo podemos descubrir y dar sentido a lo que sentimos? ¿Y cómo podemos determinar como nuestros sentimientos dictan nuestro comportamiento?
La conciencia emocional nos ayuda a saber lo que necesitamos y queremos (o por el contrario: lo que no queremos). En pocasa palabras: nos ayuda a establecer mejores relaciones, ¿por qué? Ser conscientes de nuestras emociones nos ayuda a hablar de los sentimientos con más claridad, a evitar o resolver mejor los conflictos y a superar los momentos difíciles con más facilidad. ¡A continuación te brindamos una guía al autoconocimiento de tu mundo emocional!
Prepara una infusión natural y disfrútala sorbo a sorbo, ¿por qué? Beber una infusión caliente tiene un efecto naturalmente calmante. Disfrutar de una bebida cálida nos obliga a sentarnos, bajar el ritmo y relajarnos, todas estas condiciones son armas naturales contra el estrés y la ansiedad.
La clave para sentirse libre de estrés y ansiedad es optar por infusiones de hierbas sin cafeína como Wawasana Relax. Sus ingredientes son manzanilla, hierba luisa, valeriana, menta negra y romero, plantas que nuestros ancestros han utilizado para sentir tranquilidad, serenidad, calma y paz gracias a sus propiedades para aquietar la mente.
Luego de tomar tu infusión, empieza a tomar tu temperatura emocial y pregúntate a ti mismo:
Te recomiendo que tengas un cuaderno para anotar tus preguntas y respuestas. No te precipites. Describe cada sensación con detenimiento y asegúrate de también incluir las placenteras. Es importante saber qué es lo que mejora tu vida ya que esto es vital para proporcionar cierta medida de equilibrio cuando la vida se pone difícil.
Estas preguntas te llevarán a otras y probablemente te lleven a lugares diferentes, tal vez a otros que no hayas recorrido antes. Es posible que te sorprendas con detalles o recuerdos que no habías tenido antes.
Para indetificarlos, pregúntate a ti mismo:
Quizá tu respuesta sea: “No sé ni cómo me siento”. La recomendación para este escenario es: examina tu comportamiento y tu vida diaria. Esto puede ayudarte a sacar a la luz sentimientos no reconocidos inicialmente. Para explorar tus emociones pregúntate:
“No tengo ningún motivo para sentirme mal (ansioso, deprimido)”, te puedes decir. Sin embargo, tendemos a castigarnos a nosotros mismos (¡como si los sentimientos siguieran a la razón!). La realidad es que los acontecimientos de la vida generan sentimientos y son simplemente eso: sentimientos. Aunque decidamos a qué sentimientos atender, no decidimos sentir o no sentir. Nuestro proyecto es identificarlos y darles espacio para respirar.
Esto es especialmente importante cuando se trata de la amenaza de una enfermedad: por ejemplo, imagenemos un escenario donde un médico se da cuenta de que uno de sus pacientes tiene una masa no identificada en un órgano, el análisis de sangre es errático, etc. Aunque ciertamente hay muchas personas para las que la lógica de “¿por qué suponer lo peor?” realmente funciona, hay más personas para las que no funciona y este paciente no puede evitar sentir miedo, sus esfuerzos para descartar los sentimientos de ansiedad o depresión son infructuosos, la amenaza se cierne sobre él y se interpone en el camino de otros acontecimientos, realidades o placeres de su vida.
Decirle a esta persona que "debería pensar positivo" es infructuoso y, de hecho, potencialmente peligroso. La persona acaba creyendo que su incapacidad para descartar el miedo es un fracaso y un signo de debilidad. Esta es una mala posición cuando uno está tratando de hacer algo para ayudarse a sí mismo.
El hecho es que cuanto más admitamos nuestros terrores a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, más probable será que disminuyan de tamaño. Y tiene sentido porque cuanto más se reprime un sentimiento, mayor es su intensidad.
Los sentimientos funcionan como una olla a presión: la presión aumenta sin que se libere. Luego, una vez liberada, la intensidad se reduce. El corolario es el hecho de que los sentimientos que se niegan o descartan NO disminuyen de tamaño ni desaparecen, sino que se intensifican. Piensa, por ejemplo, en el dolor de cabeza: se vuelve más fuerte y más insistente cuanto más tiempo lo descuidamos.
Por último, a modo de consuelo, es importante señalar que la gente tiene miedo de explorar las emociones o de enfrentarse a un sentimiento por lo que pueda ocurrir. Pero enfrentarse a un sentimiento es algo muy diferente a la respuesta ante él. Son dos realidades muy distintas. Al contrario de lo que podemos imaginar, enfrentarse a la ira no significa que vayamos a actuar sobre ella y hacer algo destructivo. Salvo en casos de patología grave o de estados alterados por las drogas, nuestra respuesta a un sentimiento sigue estando bajo nuestro control.
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