El hecho de ponerle fin a la vida propia se conoce como suicidio. Este fenómeno es un problema de salud pública global y por tal razón la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió que el 10 de septiembre se promueva el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, con el objetivo de reducir la tasa de este tipo de muerte en el mundo.
El suicidio es más común de lo que uno cree, aunque hablar del tema no lo sea tanto. De acuerdo con las estadísticas sobre suicidio de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
En algún punto de este camino llamado vida, todos nos sentiremos tristes, deprimidos, estresados o enojados. Sin embargo, para algunas personas, los sentimientos de tristeza y desesperanza son recurrentes y están acompañados de ideas suicidas.
La mayoría de los individuos suicidas dan señales de advertencia y de sus intenciones. La mejor manera de prevenir el suicidio es reconocer estas señales y saber cómo responder si las detectas. Si crees que un amigo o un familiar tiene tendencias suicidas, puedes desempeñar tu papel en la prevención del suicidio señalándole las alternativas que tiene para mejorar, demostrándole que te preocupas por él o ella y haciendo que un médico o un psicólogo se involucren.
Las principales señales de advertencia del suicidio son:
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Hablar abiertamente de temas como el suicidio, la depresión, la ansiedad, etc., es contribuir con la buena salud mental. De hecho, al conversar sobre ellos se puede acabar con el estigma que los rodea, nos recuerda que hay ayuda disponible y que no estamos luchando solos. Hablar de la salud mental puede animar a quienes tienen pensamientos suicidas o se enfrentan a enfermedades mentales graves a pedir ayuda.
Con la idea de promover la prevención del suicidio se desmitificarán 5 ideas falsas o mitos sobre quienes tienen ideas suicidas.
Realidad: Casi todas las personas que intentan suicidarse han dado alguna pista o advertencia. No ignores ni siquiera las referencias indirectas a la muerte o al suicidio. Declaraciones como "Lo lamentarás cuando me haya ido", "No veo ninguna salida", por muy casuales que parezcan o se digan en broma, pueden indicar sentimientos suicidas serios.
Realidad: La mayoría de los suicidas no son psicóticos ni están locos. Están alterados, afligidos, deprimidos o desesperados, pero la angustia extrema y el dolor emocional no son necesariamente signos de enfermedad mental.
Realidad: Incluso una persona muy deprimida tiene sentimientos encontrados respecto a la muerte, fluctuando entre el deseo de vivir y el de morir. Más que desear la muerte, lo que quieren es que cese el dolor. Además debes saber que el impulso de poner fin a la vida no es eterno, por esta razón la prevención del suicidio es clave.
Realidad: Muchas personas tratan de buscar ayuda antes de intentar suicidarse. De hecho, los estudios indican que más del 50% de los suicidas intentaron buscar ayuda médica durante los seis meses anteriores a su muerte.
Realidad: Hablar del suicidio no le da a nadie ideas suicidas. Más bien es lo contrario, hablar abierta y honestamente sobre los pensamientos y sentimientos suicidas puede ayudar a salvar una vida.
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