Muchos de nosotros hemos olvidado cómo descansar, hemos desarrollado narrativas negativas sobre lo que significa dormir, hemos sustituido el verdadero reposo por actividades superficiales y estimulantes, como navegar por las redes sociales y jugar con nuestros teléfonos inteligentes, reduciendo nuestras horas de sueño al mínimo. Afortunadamente, podemos volver a aprender a descansar plenamente, ¿te animas a descansar mejor?
Parece una tontería escribir un artículo sobre el descanso. Después de todo, el descanso es como la respiración: es automático. O como lavarse los dientes: es algo que hacemos todos los días, a veces varias veces al día, ¿cierto?
Pero, para muchas personas el descanso no forma parte de la vida, al menos no de forma regular porque sufren de insomnio o simplemente porque deciden usar las horas de descanso para continuar trabajando.
Muchos de nosotros estamos demasiado centrados en esforzarnos para alcanzar nuestras metas, aunque signifique no parar, ¿por qué? Tal vez porque pensamos que detenerse, descansar e incluso dormir es abandonar el objetivo o caer en la pereza. En pocas palabras, el descanso solo lo practicamos cuando estamos tan agotados que no tenemos otra opción.
A muchos nos cuesta descansar porque somos perfeccionistas o tememos el fracaso (o ambas cosas). Aunque no reconozcamos ser perfeccionistas, nos esforzamos haciendo, logrando y alcanzando todo lo que nos proponemos y hasta nos preocupa que si descansamos, nuestra vida se descontrole.
También podemos sentirnos incómodos. Es habitual que el aburrimiento surja cuando intentamos descansar. Y debajo de este aburrimiento residen sentimientos más difíciles como la soledad, la ira o el sentimiento de estar atrapado.
Puede que tengamos miedo de descansar porque hacerlo “nos hará ir más lento hacia nuestras metas”. Después de descansar, tendremos que trabajar más rápido y más duro para compensar el tiempo que nuestras tareas se quedaron sin hacer. Así que nos preguntamos, ¿para qué?
Tal vez anhelemos descansar, pero nuestra mente está demasiado ocupada repasando todas las responsabilidades que se acumulan y que se extienden durante días.
Podría ser que incluso estemos confundidos sobre lo que es realmente el descanso. Muchos pensamos que usar el teléfono es descansar. Al fin y al cabo, estamos sentados haciendo scroll o jugando. No estamos haciendo nada más. Sin embargo, en realidad es agotador, ¿por qué? Estamos absorbiendo información sensorial y nuestro cerebro intenta procesarla rápidamente. Además, es posible que empecemos a compararnos inconscientemente y a experimentar sentimientos negativos como la envidia, los celos y la ira.
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Si no puedes descansar es probable que sufras de malestares como estrés, irritabilidad, mal humor, falta de sueño recurrente, entre otros. A continuación te damos algunas ideas para que puedas descansar de verdad.
Tomar una infusión para dormir te ayudará a calmar la mente para que puedas conciliar mejor el sueño y mantenerlo durante toda la noche. Wawasana Dulces Sueños contiene valeriana, hierba luisa, manzanilla, hojas de naranjo, canela, menta negra y cedrón, ingredientes que te permitirán relajarte y alcanzar un sueño restaurador.
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Mira hacia adentro para determinar por qué no descansas, los pensamientos y sentimientos que impulsan tu necesidad de estar ocupado. Tal vez, al mantenerte ocupado, estás intentando protegerte de ciertos sentimientos.
También puedes hacer tu autoexploración con las siguientes preguntas: Si no estuviera tan ocupado, ¿me sentiría fracasado? ¿Temería perder la aprobación de los demás? ¿Temería quedarme estancado?
Muchas personas se encuentran en un estado de estrés constante. De hecho, la OMS señaló que el 70% de las visitas al médico se deben a problemas de salud relacionados con el estrés. “El descanso es la única forma de activar la parte de nuestro sistema nervioso que permite la relajación”, así que es literalmente vital para nuestra salud física y mental.
El descanso también nos ayuda a presentarnos ante los demás (y ante nuestra vida). Beneficia a todo lo que tocamos y hacemos durante el resto del día. Tenemos que empezar a valorar nuestro bienestar integral tanto como el cumplimiento de las tareas.
Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, pero es importante acabar con la idea de que descansar es perder el tiempo. La mayoría de la gente tiende a relacionar sus éxitos con su valía, su valor y su identidad, pero para tener una buena salud mental tenemos que reformular y cambiar la narrativa a una visión más realista, como por ejemplo: “Si esta tarea no se hace hoy, no significa que haya fracasado. Solo significa que la haré mañana”. Después de decir esta frase, puedes prepararte la infusión Wawasana Relax para sentirte calmado y reducir la ansiedad.
Recuérdate regularmente que no eres un robot y que no puedes hacerlo todo a la vez. Algunas tareas simplemente no se harán. Practicar la aceptación consiste en aceptar las cosas tal y como son, lo cual puede ayudarte a moderar el estrés y darte el espacio mental necesario para descansar. Puedes ayudarte con la frase: “No esperaba esto, pero lo acepto”.
Cuando estés a punto de descansar, puedes decirte a ti mismo: “Voy a descansar ahora”. También puedes preguntarte: ¿Está mi mente en reposo? ¿Me estoy permitiendo realmente “ser” en lugar de “hacer”?. Otro consejo es hacer varias respiraciones profundas, largas y lentas. Concéntrate realmente en la respiración y conecta tanto tu mente como tu cuerpo.
Pasa cinco minutos sentado en un banco. Siente el sol en tu piel. Observa los colores que te rodean. Escucha los sonidos. Reflexiona cómo se siente el banco donde estás sentado. En pocas palabras: está completamente presente en el aquí y en el ahora.
Al planificar cómo quieres descansar, céntrate en lo que te hace sentir más vivo y te conecta contigo mismo. Esto será diferente para cada persona. Para un individuo, cocinar es una práctica meditativa; para otro, cocinar es una miseria. Puede que alguna de las siguientes actividades te resulten relajantes (o no): compartir con amigos, escribir un diario, dibujar, tomar un té o un café mientras ves el amanecer, practicar yoga o sentarte en la playa.
Piensa en la pregunta: ¿Qué te ayuda a pasar de absorber los estímulos externos a sintonizar con tu propio cuerpo, pensamientos y sentimientos?
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