La política afecta muchos aspectos de tu vida, ¿pero cómo? Eliges a los políticos para que tomen decisiones que afectan casi todas las áreas de tu día a día: salud, trabajo, educación, hasta los precios de los productos y servicios que usas, etc. Por ende, en un escenario de incertidumbre política es normal que te sientas mental y emocionalmente agitado, así que debes cuidar tu salud mental.
La salud mental está relacionada con la forma en que pensamos, sentimos e interactuamos. Cuando gozamos de una buena salud mental estamos en equilibrio emocional, psicológico y social, vivimos en armonía, mostramos nuestras habilidades con facilidad, trabajamos de forma productiva y fructífera, nos sentimos bien.
Por una parte, los cambios políticos afectan tu día a día, particularmente tu bolsillo. Cuando sientes que tu dinero no es suficiente para cubrir tus necesidades y las de los tuyos, se rompe tu equilibrio emocional y mental porque te sientes estresado, preocupado y ansioso.
Por otro lado, quienes trabajan en la política deben encargarse de crear y administrar el presupuesto para los gastos de salud del país. Mientras más personas se sientan mal, mayor es el gasto sanitario, ¿todo está relacionado o no?
Lamentablemente casi nunca se considera la salud mental dentro de los presupuestos gubernamentales y en la sociedad hablar de las emociones, de ir a terapia o admitir que se está mentalmente agotado representa un riesgo, ¿por qué? Muchas personas creen que este tema es una muestra de debilidad o falta de carácter. De hecho, existe un tabú alrededor de la salud mental y simplemente se evita hablar sobre ella.
Sin embargo, la realidad es que gracias a nuestro agitado ritmo de vida estamos expuestos a situaciones de ansiedad constante que nos predisponen al padecimiento de enfermedades mentales.
Ante la falta de certezas en cualquier situación: política, económica, laboral, familiar, académica, de salud, etc., nuestra mente y nuestras emociones se desequilibran, apareciendo afecciones como:
El estrés es una reacción normal a las presiones de la vida cotidiana. La preocupación, el miedo, la ira, la tristeza y otras emociones son también respuestas emocionales normales, todas forman parte de la vida. Sin embargo, si el estrés que subyace a estas emociones interfiere con tu capacidad para hacer las cosas que quieres o necesitas hacer, es un problema.
La ansiedad es una sensación de malestar relacionada con la preocupación o el miedo. Todo el mundo tiene sentimientos de ansiedad en algún momento de su vida. Por ejemplo, te puedes sentir preocupado y ansioso por hacer un examen, por tener una prueba médica o una entrevista de trabajo. En momentos así, sentirse ansioso es perfectamente normal.
Pero a algunas personas les resulta difícil controlar sus preocupaciones, así que sus sentimientos de ansiedad son más constantes y a menudo pueden afectar a su vida cotidiana.
Este padecimiento mental ocurre como respuesta emocional a una experiencia que surge del efecto o el recuerdo de un evento, suceso o condición particular.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que provoca una sensación persistente de tristeza y pérdida de interés.
El ser humano es una unidad, por eso los griegos decían “cuerpo sano, mente sana” y para alcanzar el bienestar general debes:
Dormir equilibra tu organismo, te proporciona un descanso profundo y reconfortante. Si tienes problemas para conciliar el sueño, prepárate una taza de Wawasana Dulces Sueños.
¡Tomar una infusión antes de irse a dormir es beneficioso para relajar nuestra mente y entrar al mundo onírico con facilidad!
Esta infusión es una mezcla de hierbas andinas que solucionan malestares ocasionados por el estrés como: la irritabilidad, el mal humor, la falta de sueño, entre otros.
Hacer ejercicio es importante para la salud del cuerpo y la mente. La actividad aeróbica o los ejercicios que necesitan de más oxigeno como caminar, trotar, nadar, bailar y pedalear, favorecen el sistema cardiovascular, disminuyen la presión sanguínea y mejoran la circulación, lo que reduce el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Con solo 30 minutos al día puedes mejorar visiblemente tu salud física y mental, ejercitarte de manera cotidiana te puede ayudar a prevenir muchas enfermedades y a reducir los niveles de estrés.
Una dieta balanceada que incorpore los grupos principales de alimentos: proteínas: pollo, pescado, huevos, frijoles, etc., grasas saludables: palta, almendras, nueces, pecanas, maní, piñones, semillas de: calabaza, ajonjolí o girasol, aceite de: oliva, girasol, canola, etc., carbohidratos no procesados: menestras, frutas, vegetales y tubérculos (yuca, papa, camote).
El cuerpo deshidratado es incapaz de realizar sus funciones básicas, así que ¡toma agua! Si no te gusta, agrega unas gotas de limón o rodajas a tu agua, prepara infusiones naturales saborizadas como té verde con piña o té verde con naranja, etc.
La conexión con el cuerpo es vital para el bienestar físico y emocional. Si te sientes desconectado de tu esencia, actividades como la respiración consciente o una práctica de YOGA para el teletrabajo, crean unos minutitos de comunicación entre tu cuerpo físico y tu lado emocional.